
ENTRE PATAS Y BIGOTES, LA EVOLUCIÓN DEL AMOR
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A lo largo de la historia de la humanidad, los animales han desempeñado un papel fundamental en nuestras vidas, brindando apoyo emocional —y en ocasiones físico— en el día a día.
Hace algunos años, las mascotas eran vistas como un simple “bien” familiar: los gatos eran necesarios para controlar plagas como los roedores, y los perros fungían como guardianes del hogar, especialmente cuando la casa quedaba sola. Por ello, no sorprende que las condiciones de vida de estos seres inocentes hayan sido, en muchos casos (más de los que quisiéramos admitir), verdaderamente precarias.
Afortunadamente, al mismo ritmo que avanza la humanidad en tantos aspectos, ha cobrado fuerza un concepto esencial: la adopción responsable. Este término hace referencia al conjunto de cuidados mínimos —pero indispensables— que merecen estos maravillosos seres, quienes han dejado de ser “bienes familiares” para convertirse en miembros de la familia.
Cada vez es más común ver personas comprometidas en ofrecer a sus mascotas condiciones plenas a nivel físico, emocional y social. Incluso, en muchas ocasiones, se prioriza el bienestar de estos peludos sobre la idea de formar una familia convencional. De allí nacen términos como perrhijos o gathijos, que cobran fuerza y sentido en nuestras sociedades actuales, permitiendo que estos compañeros ocupen un lugar privilegiado en la dinámica del hogar.
Aún queda mucho por hacer para erradicar el sufrimiento animal causado por la irresponsabilidad humana. Sin embargo, vamos por buen camino. Hay esperanza: las nuevas generaciones luchan cada día por una sociedad más justa y equitativa, exigiendo leyes que promuevan el respeto y el bienestar animal.
Después de todo, ellos han estado a nuestro lado desde siempre, y si de nosotros depende, seguirán acompañándonos hasta el final de nuestros días. Porque su amor es el más puro, y su lealtad, la más inquebrantable que hayamos conocido.
✍️ Escrito por Dina Yency Guerrero Bermúdez
Amante de los animales, defensora del respeto por la vida y narradora de historias con patas y bigotes.